La importancia de la aprobación
por NEVA MILICIC Sicóloga y autora del libro "Cuánto y cómo los quiero"
Sentirse aprobado es sentirse querido, valorado y, por lo tanto, querible.
El opuesto a la aceptación es el rechazo - sentirse rechazado genera sentimientos de minusvalía-.
Cuando el rechazo proviene de los padres es doblemente doloroso y crea una enorme inseguridad personal, ya que los padres son las únicas personas que dan aprobación. Todas las personas necesitan aprobación de las figuras significativas. Con mayor razón los niños y las niñas que tienen una dependencia casi absoluta de sus padres. Sentir la crítica o la descalificación equivale a sentirse rechazado.
Basta mirar la cara de un niño pequeño cuando muestra un dibujo buscando la aprobación de su papá o su mamá, para entender que ésta los confirma y que en cambio la desaprobación tiene efectos devastadores. Bastaría un comentario muchas veces hecho con buena intención como el siguiente: "Podrías haberle puesto un poco más de color", para que la ilusión de ese niño se transforme en sensación de fracaso y que su expresión sea la de un "perrito apaleado".
La desaprobación insertada en este comentario es dañina no sólo para la relación padres-hijos, sino que sobre todo para la seguridad en sí mismo del niño.
Es equivalente a que si usted se ha esmerado en hacer un almuerzo exquisito para unos tíos que estaban invitados y uno de ellos comenta: "Está rico el asado, pero con una salsa de champiñones hubiera quedado mejor".
Un comentario así se consideraría poco considerado y descalificatorio y posiblemente disminuya las posibilidades de esa persona de ser invitada nuevamente por usted.
Por eso cuando se da aprobación a un niño entréguela de una manera categórica sin condicionantes, suprima los "pero".
Los "pero" quitan fuerza a la aprobación y de alguna manera contienen un rechazo implícito, que aminora el efecto positivo que usted quería entregar y provoca mucha rabia.
Aprender a frenar y quedarse con la aceptación es muy sabio, especialmente si el niño, por alguna razón, tiene pocas oportunidades de recibir alabanzas o tiende a sentirse inferior a otros niños.
La aprobación no sólo se entrega con palabras sino que de forma no verbal, con una sonrisa, con un guiño de complicidad, levantando el pulgar en señal de reconocimiento.
No sea tacaño(a) al expresar aprobación. Recuerde que la necesidad de aprobación es tan grande, que cuando un niño o una niña no la recibe, la buscará en cualquier lugar y hay grupos que dan aprobación justamente por hacerlo mal.
Quien no ha recibido aprobación en la infancia será siempre inseguro, ya que internalizará la idea de que no es querible.
Los niños generalizan muy fácilmente y piensan que si usted lo reta porque no es bueno para leer significa que no lo quiere. Puede que se sienta rechazado porque quizás su crítica sea hecha con más fuerza que sus señales de aprobación.
Hay evidencia de que los padres, por un mecanismo sicológico que tiene que ver con el descontrol emocional, suelen ser más intensos cuando entregan retroalimentación negativa que cuando expresan aprobación.¡Qué tal si invierte esa ley! Y dé más fuerzas a los mensajes confirmatorios que a los comentarios críticos. Entregará a su hijo o hija una enorme sensación de bienestar, aportándole la sensación de que con su comportamiento cumple con las expectativas parentales. Además, de paso, mejorará la relación con su hijo.
Neva Milicic.
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