Enseñarles a ser empáticos
por Neva Milicic psicóloga
La empatía es, según David Goleman, autor de numerosos libros sobre el tema, la piedra angular de la inteligencia emocional. A través de la empatía, a los niños los adolescentes y los adultos les es posible establecer sintonía con lo que sienten los demás, y así pueden comprender lo que les sucede a los otros desde la perspectiva emocional.
Un niño empático no podría ser cruel con un amigo porque se conecta con las emociones que siente su compañero y, por lo tanto, posiblemente, será cuidadoso con lo que hace y dice, y así será aceptado por sus amigos.
La empatía está muy relacionada con la comunicación no verbal, hay una percepción, que en las personas empáticas es muy certera, de lo que expresan los gestos. Reciben el mensaje que entrega un ceño fruncido, una sonrisa triste, y tantas señales que expresan lo que se está sintiendo. También influye en la posibilidad de ser empático captar el significado de la postura corporal, una inclinación de cabeza, los hombros agachados pueden dar cuenta del cansancio y la tristeza, aunque el mensaje verbal sea a mí no me pasa nada.
Para desarrollar una conducta empática, los niños deben haber vivido en una familia en que los padres tengan una conexión emocional empática con ellos. La matriz emocional de la empatía se aprende en la familia y se desarrolla en forma muy temprana. Cuando el niño percibe que sus emociones son comprendidas por los adultos significativamente. Cuando los padres son capaces de “leer” y conectarse con las emociones de sus hijos, favorecen que los niños aprendan a conectarse con las emociones.
Cuando se empatiza, se comprende lo que le pasa al otro, no se le juzga. Cuando a un niño le va mal, si usted empatiza, podrá decirle genuinamente “Te debes sentir mal, o triste, o defraudada”. No sería empático de su parte responder a su sensación de fracaso diciéndole “Cómo te ibas a sacar mejor nota con lo poco que estudiaste”. Un comentario así hará que el niño se sienta juzgado, pero no comprendido empáticamente.
Una de las formas más eficientes para enseñar a los niños a ser empáticos, es desarrollar en ellos la capacidad de escuchar, y para ello deben haber tenido la experiencia de ser escuchados. Escuchar supone tener contacto visual con el otro; para lograrlo, es necesario detenerse y parar en lo que se está haciendo para mirar o escuchar lo que el niño o el adolescente quiere mostrar. No se trata de entender lo que dice, sino de prestar atención a cómo lo dice. Ser capaz de sentir lo que le pasa al niño y expresarle con un gesto o una frase corta que uno comprende lo que siente y lo que le pasa.
Un niño que es escuchado, aprenderá a escuchar, a mirar a los ojos. Es en los ojos donde más se refleja la capacidad de sentir con el otro, y ello le permitirá al niño descubrir algunos elementos que son claves para el desarrollo emocional y la empatía, como es el hecho que todas las personas y, por supuesto, sus amigos tienen múltiples emociones, y que una situación puede despertar diferentes sentimientos en las personas.
Con el tiempo aprenderá que la gente expresa sus sentimientos de manera muy diversa, y alguien cuando se enoja puede amurrarse en tanto que otro lo expresará gritando y un tercero lo ocultará cuidadosamente.Ir tomando conciencia de las emociones de los otros es un aprendizaje emocional de la mayor importancia para tener buenos amigos y para convertirse en una buena persona. Aquella que es capaz de sintonizar con las emociones de los otros, ayudándoles cuando están tristes y compartiendo sus alegrías cuando les suceden buenas cosas.
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