martes, julio 18, 2006

Hipersensibilidad

por Neva Milicic Sicóloga y autora del libro "Cuánto y cómo los quiero"
Ser sensible a las necesidades emocionales de los otros es una característica de personalidad positiva, en la medida que permite empatizar con los sentimientos ajenos y tener una vinculación profunda con las otras personas. Pero la otra cara de la moneda es que, lo que es una virtud, en ocasiones puede transformarse en un problema que crea mucho sufrimiento al niño o adolescente hipersensible, y también a los padres y las demás personas que conviven con él. A los adultos con frecuencia les resulta difícil adaptarse a los estados de ánimo de los niños que presentan hipersensibilidad, ya que muchas veces no encuentran explicación a los cambios bruscos. Es necesario aprender a reaccionar a los cambios emocionales, del niño (pataleta, llantos injustificados, portazos) conteniéndolos sin negarlos, pero sin magnificarlos.
Vivir es un asunto complejo y lleno de matices, como dice Thomas Moore en su libro "Las noches oscuras del alma"; "toda vida humana se compone de luces y sombras, felicidad y tristeza, estímulos negativos y positivos". Y es necesario ser capaz de sintonizarse en todas las frecuencias emocionales.
La forma en que los padres enfrentan ese abanico de estados de ánimo tiene una importancia decisiva: ¿va a ocultarse en el autoengaño o se refugiará en las distracciones destinadas a la evasión? ¿o bien se convertirá en alguien desengañado y deprimido? o ¿quizás tomará la más sabia actitud de aceptar los cambios como un misterio tan natural como el Sol y la Luna, el día y la noche?
Habitualmente, al inicio de la adolescencia, pero en muchos niños antes, se produce una exacerbación de la sensibilidad y pueden vivir temerosos de lo que las personas piensan de ellos, sobrealerta a lo que pueda significar un rechazo y por lo tanto perder la alegría de vivir.
Por ejemplo, Carmen, de 15 años, contaba: "Lo estoy pasando realmente mal, vivo pendiente de lo que los demás piensan o dicen de mí. Si alguien hace un comentario sobre el peinado de alguien, pienso que en el fondo están pensando que soy yo la que estoy mal peinada, y que a lo mejor me veo ridícula".
De alguna manera, las personas hipersensibles están alertas a las señales que puedan cuestionarlas o criticarlas, dándoles una importancia desmesurada a hechos o comentarios que no la tienen. Si alguien no la saluda porque va apurado, la persona hipersensible tenderá a darle la peor interpretación posible, pasándose toda clase de películas al respecto. Muchas veces frente a hechos insignificantes, tienden a sobrerreaccionar y a interpretarlos de manera catastrófica.
De más está decir que las personas hipersensibles no lo pasan bien, ya que pierden mucha libertad emocional, por temor a ser criticadas o rechazadas. Además, gran parte de su energía la gastan en aprensiones y temores sin fundamentos, por lo que suelen estar muy cansados.
Los estados de hipervigilancia lo agotan. La mamá de Rafael, un niño hipersensible, decía "el pobre está siempre agotado, porque no puede controlar su hipersensibilidad; todo lo afecta".
Suele ocurrir, además, que los compañeros o compañeras, al percatarse de que se trata de un niño vulnerable a las bromas y que es hiperactivo a ellas, lo elijan como chivo emisario y se transforme en el favorito para que le hagan humoradas. Esta actitud de sus compañeros confirmará la hipótesis de que lo persiguen. De alguna manera, estos niños o adolescentes tienen la sensación de estar sobreexpuestos.
La mejor forma de ayudarlos es dejar que expresen y liberen sus temores, acogerlos, pero sin sobrefocalizar. Inducirles con palabras serenas a que se calmen, y cuando se hayan calmado ayudarlos a encontrar una interpretación más realista de los hechos que provocan la sobrerreacción.

miércoles, julio 12, 2006

Wenlocknews nº2

Hoy se repartió en el colegio el segundo número del wenlocknews, leánlo esta interesante. Opinen y hagan comentarios





martes, julio 11, 2006

¿Qué hacer con la TV?

por Neva Milicic sicóloga (El Mercurio 11/7/06)

La televisión tiene un profundo impacto en la definición de la identidad de los niños, ya que promueve determinados modelos en forma reiterativa. La infancia es una etapa de alta vulnerabilidad, ya que los niños no han desarrollado una conciencia crítica, y se encuentran en un período especialmente significativo para la formación de su personalidad y de sus valores. Sin intencionalidad educativa, si no más bien con el interés primordial de conseguir más audiencia, los contenidos y valores o antivalores entregados por los medios se van imponiendo en la mente de los niños y los adolescentes.
En la medida en que la televisión aporta los temas de conversación preferidos en el grupo de iguales, no se trata simplemente de proscribirla, ya que los niños que no ven televisión corren el riesgo de quedar fuera de los temas que comparten sus compañeros. Particularmente para los niños tímidos, no poder opinar sobre los programas puede hacerlos sentirse más excluidos.
Para neutralizar o matizar los conceptos que están adquiriendo a través de la televisión es recomendable ver al menos algunos de los episodios de los programas favoritos de los hijos. En forma casual incluir algunos de los contenidos en las conversaciones familiares, analizándolos críticamente. Ver la TV en familia, además de acercar a los padres a los intereses de los hijos, se ha comprobado que disminuye en forma importante los efectos nocivos de la TV.
Se ha dicho que la televisión constituye el nuevo currículo social. Se calcula que las personas utilizan la mitad de su tiempo de ocio en ver televisión, y constituye, especialmente para los niños y los jóvenes, un espacio compartido de información.
Pero es necesario equilibrar y triangular los contenidos virtuales con los contenidos reales. Por ejemplo, con comentarios como: "Nunca tan ingenuo" o "Sólo en la tele pasan esas cosas". Está demostrado que aquellos niños cuya vida real es más pobre sufren con más intensidad la influencia de los contenidos televisivos que los niños que tienen una vida real más variada en experiencia y cultura, por lo que asumen los contenidos de forma más matizada. La tarea de los padres es, por lo tanto, hacer una agenda de entretención y cultura lo más enriquecedora posible.
Uno de los temas más complejos en la televisión, como medio de entretención, lo constituye el hecho de que como lo normal no vende, lo que se presenta es lo poco corriente, lo excesivo (mucha riqueza, mucho erotismo, mucha violencia). Los niños se quedan con esa imagen del mundo, por lo cual sus propias vidas pueden parecerles muy grises, y por lo mismo caer en busca de sensaciones peligrosas a través del alcohol y la droga. Es necesario hacer conciencia en los jóvenes de lo irreal del mundo de la televisión. El gran desafío para los padres es limitar el consumo televisivo, estar atentos a los programas que ven y acompañarlos algunas veces entregando una visión crítica de lo que están viendo.

Donación de juegos para Infants y Pesas al colegio

Durante el mes de Junio del 2006, el centro de padres del Colegio, realizó una donación de un completo juego de pesas, para ser utilizados por los niños y niñas de junior y senior. Esperamos que sea el comienzo de la implementación del gimnasio.




Los chicos de Infants, también recibieron una donación para su patio de juegos. El resbalín en forma de auto y los columpios ahora forman parte del paisaje de su patio. Los niños disfrutan mucho de estos juegos y del grato ambiente que forman en los recreos, es un gusto verlos tan contentos.

jueves, julio 06, 2006

fotos del bingo

Queremos compartir algunas instantaneas del bingo ¿cómo lo pasaron?. Luego habrá más fotos en la red, espérenlas.















Carlos Pinto animó bailó, entrevisto y disfrutó como nadie en el Bingo. Nadie salió con culpa por haberse divertido. El día menos pensado lo tenemos animándo otro evento del colegio.
















Andrea Hoffman, también fue una gran animadora, repartió, carisma, belleza y alegría. Ojalá que nos acompañe el próximo año también.















Los prefects, fueron un gran aporte al éxito del bingo, vendieron cartones, bebidas, tortas, y además se dieron maña para bailar y jugar al bingo. ¡gracias chicos realmente se pasaron!

martes, julio 04, 2006

Las Invitaciones

Las invitaciones
por Neva Milicic Sicóloga (El Mercurio 4/7/06)

Invitar y ser invitado es una expresión de la calidad de los vínculos emocionales.
Pocas cosas que den mejor cuenta de la aceptación social de un niño son las invitaciones que recibe y también las que él cursa.
Tener amigos es establecer un vínculo personal, y si bien los niños y las niñas pasan muchas horas al día en el colegio con sus compañeros, no siempre el contexto escolar es el mejor espacio para la intimidad y para compartir cosas más personales.
La relación de a dos, o relación diádica, es la de mayor profundidad emocional, por lo que es aconsejable, especialmente cuando los niños son tímidos, invitarle un compañero o compañera para que profundice los vínculos emocionales, ya que ello lo segurizará.
Cuando están en educación básica, es preferible que las primeras invitaciones sean cortas y bastante programadas. "Te invito a ver una película" o a "jugar con un juego nuevo que me regalaron". Si los niños son tímidos, es útil tener algunas actividades programadas, ya que favorece la interacción, y si lo pasan mal podrían aumentar los elementos fóbicos a las relaciones sociales.
A cualquier edad, si por alguna razón su hijo no puede asistir a una invitación o a un cumpleaños, es importante que se disculpe y lleve un regalo a su compañero al día siguiente. Para los niños, que sus compañeros no asistan a sus cumpleaños es una experiencia realmente traumática y desafortunadamente no infrecuente.
Aníbal, de diez años, después de un cumpleaños al que convidó a diez compañeros y sólo fueron dos, desarrolló una fobia al colegio acompañada de sentimientos de exclusión social que costó mucho erradicar.
En invitaciones más largas, también el tiempo debe ser acotado. Antes de cursarlas se requiere hacer una historia de la relación y evaluar en qué medida los niños serán capaces de pasar un período largo juntos sin entrar en conflicto o sin echar de menos. Sería irracional invitar a un niño de doce años por una semana a la playa sin antes haberlo tenido como invitado en varias ocasiones y en lo posible que haya pasado alguna noche en la casa.
Bajo cuarto año básico, es decir, antes de los doce años, las invitaciones a alojar son complicadas. Hay que tener cierto grado de certeza de que el niño que ha sido convidado tenga capacidad de aceptar las reglas, un cierto nivel de autonomía para solucionar sus problemas, adecuarse a las normas de otras familias y obedecerlas con prontitud.
Hay algunas de las normas de educación que no está de más recordar. Por ejemplo: dar las gracias, llevar un regalo. Si la familia a la que el niño o la niña va fue bien escogida, será una experiencia enriquecedora, porque tendrá acceso a otros modelos que le permitirán ir enriqueciendo su visión de mundo y su identidad en lugares fuera de su casa.
Sin embargo, es necesario tener cierto grado de seguridad en relación sobre cómo es la familia a la que el niño es invitado. Es preferible acotar el permiso a un tiempo breve. Siempre es más fácil alargar el permiso que batirse en retirada porque la convivencia se hizo difícil, ya que ello, además de dañar la relación, puede dejar una huella negativa en la memoria emocional, que lo haga tener miedo a salir en el futuro.