martes, agosto 28, 2007

Juventud y música: bello misterio

Por PAULA SERRANO, sicóloga
Cada tiempo tiene su música. Pero hoy la música es, para muchos jóvenes, lo que da sentido a la vida, lo que los congrega, lo que los separa, lo que define la identidad.Para muchos padres y madres esta pasión de los hijos por la música es una señal de frivolidad, de pérdida de tiempo, de falta de foco. Puede ser hasta un peligro para el estudio, para las drogas, para los ambientes sin freno. Es difícil para estos padres entender que la música puede ser y es para muchos jóvenes un ideal en sí misma.
La generación de los '60 estuvo acompañada de música, de músicos locos para sus padres e ídolos para ellos. Pero eran eso, acompañantes inspiradores. Porque esa generación vivía el clímax de las ideologías y las luchas sociales, para cambiarlo todo o mantenerlo. La vida se jugaba plenamente cada día y la palabra tenía un valor muy importante. Se leía poesía, se estudiaba a los grandes pensadores, se conversaba mucho y siempre de fondo... la música. Pero de fondo.
Hoy los músicos y las bandas son los héroes. Y es legítimo.
Curioso que a los padres nos cueste tanto aceptar que los valores se encarnan en objetos diferentes en cada tiempo. Nos asusta que en vez de leer y admirar a grandes pensadores, nuestros hijos escuchen música. Que ahorren para comprar discos, que estudien con música, que el hijo argumente que no va a salir con una señorita porque escucha una música que él no comparte.
Los padres de hoy dicen estar más desconcertados aun que los padres de antes, de siempre. Pero es más bien porque la autoridad ya no es infalible, o casi, como lo fue alguna vez. De ahí el miedo. Estos niños se la juegan por cosas donde la tradición y los límites pueden fallar. Como intervenir los gustos y la pasión por la música.Una madre puede luchar e imponerse frente a los horarios de sus hijos en sus salidas, pero jamás frente a la música que bailan y escuchan. Porque está cargada de significado. Oponerse a ella es como intentar doblegar la identidad.Tratar de comprenderla es como aprender chino o sánscrito. Es un misterio. Pienso que el sentido de los misterios podría transformarse nuevamente en valor social. No comprender debiera ser una gracia. Porque si escuchamos esas músicas nuevas, podemos distinguir la tristeza o la rabia en sus notas, pero difícilmente comprenderemos su belleza o su significado. ¿Podremos ser padres contentos en medio del misterio? ¿Tolerar a estos nuevos héroes tan ajenos a nosotros y tan cercanos a nuestros hijos? Es una disciplina confiar en otro sin comprender. Una bella y necesaria disciplina.

El buen trato se aprende en la familia

Por NEVA MILICIC sicóloga
Todos quisiéramos vivir en espacios en que sintiéramos que las personas se tratan bien entre sí, se cuidan recíprocamente e intentan con sus conductas, actitudes y gestos hacer que quienes viven o trabajan en estos espacios experimenten una sensación de seguridad, de pertenencia y de bienestar.
La cultura del buen trato es el opuesto a una cultura del maltrato, en la cual hay despreocupación por las necesidades de quienes comparten nuestros espacios familiares o laborales, la negligencia reina de manera explícita o implícita, el otro no está presente como alguien que tiene derecho a ser respetado y cuidado por mí. A veces, la cultura del maltrato asume una forma violenta, por ejemplo, en los casos de violencia intrafamiliar, ya sea porque alguno de los miembros de la pareja agrede física o verbalmente al otro o bien porque hay maltrato físico o sicológico hacia los niños.
Albert Bandura, uno de los sicólogos sociales más prestigiosos, ha sostenido que gran parte de lo que las personas aprenden lo hacen por modelo y por imitación. Esto quiere decir que si usted, porque le cuesta controlar su mal genio es violento y maltrata a su pareja, no sólo se encuentra en riesgo de perder el vínculo amoroso - difícil, por no decir imposible, querer a quien maltrata- . Quizás lo más grave es que que le está enseñando a su hija o a su hijo a tratar así a las personas que lo rodean. Y en el futuro, además, los hijos tratarán muy probablemente así a su pareja, porque el maltrato se encuentra legitimado en su mundo interno. Al hijo o hija del otro sexo, percibir el maltrato a su madre o a su padre le enseñará que es aceptable ser tratado así. En este contexto, preguntarse ¿me gustaría que mi hijo o mi hija se dejara tratar así por su pareja? puede ponernos en el camino del cambio, o bien, ¿me gustaría que mi hijo(a) tuviera un trato semejante al que yo tengo con su familia?
Matías, de treinta años, acudió sabiamente en busca de ayuda para controlar el mal carácter que lo hacía con frecuencia salirse de sus casillas y maltratar sicológicamente a su señora con actitudes descalificatorias incluso frente a los hijos. En ocasiones había castigado físicamente a los niños perdiendo el control; de pronto tomó conciencia de que estaba repitiendo el modelo de su padre, a pesar de que él detestaba la forma en que había tratado a su madre, a él, a sus hermanos y hermanas, y ello lo alertó y lo impulsó a entender que estaba perdiendo el cariño de sus hijos y de su señora, quienes le tenían miedo, y que en un momento de confianza le expresaron que cuando él no estaba la casa era un lugar más grato para vivir. Matías era una buena persona, quería a sus hijos y a su señora, trabajaba para darles un bienestar económico; sin embargo, se había olvidado de que el buen trato hace a las personas sentirse queridas y respetadas. Y que quienes tratan bien son personas queribles. Afortunadamente se dio cuenta a tiempo y pudo, con ayuda, aprender a controlar su carácter y dejar paso a la expresión de los afectos positivos.
El aprendizaje por modelo es un hecho que cuenta con la suficiente evidencia científica para reflexionar y evaluar la calidad del modelo familiar que estamos entregando a los hijos, y en el ámbito del buen trato, está en una evaluación de la mayor significación emocional, porque ella explica en forma importante la calidad de los vínculos que ellos podrán construir en el presente y en el futuro.

lunes, agosto 27, 2007

En defensa de los padres

Por Eugenia Weinstein
Pobres padres. Desde que la psicología se puso de moda empezaron a culparlos por todo. No es de extrañar, entonces, que siempre anden estresados. A cada rato un artículo en internet, periódico o revista les recuerda todo lo que están haciendo mal o podrían hacer mejor. Y basta que uno de sus hijos tenga un problema, se angustie, exprese un temor o no se ajuste a alguna norma, para que se sientan un fracaso.
Cuando los niños son chicos, los padres se desviven por satisfacer todas sus demandas con tal de evitarles una frustración. A medida que van creciendo, los problemas tienden a aumentar junto con la talla y el peso; requiriendo de más tino, más paciencia, más gastos y más comunicación.
Si en el siglo pasado se idealizó al "buen hijo", preocupado y custodio de sus padres, en nuestros tiempos la balanza se dio vuelta radicalmente. Hoy en día lo que cuenta son los deberes de los padres y los derechos de los hijos.
A los "buenos padres" se les exige sentirse responsables de la conducta, los sueños, la felicidad y el alimento de los hijos desde que nacen... hasta siempre. Y sin esperar mucho a cambio.Como no se habla de las consecuencias emocionales que los hijos tienen en sus padres, se da por sentado que ser padre siempre es un placer.
Pocos se atreven a hablar, sin sentirse culpables, de los sinsabores y aflicciones que este vínculo también puede provocar. La dificultad para reconocer que la influencia en la salud mental de padres e hijos es recíproca, ha contribuido a transformar en inconfesable cualquier desencanto de los progenitores con sus roles y deberes. Dicho en otras palabras, los padres afectan la psiquis de los hijos, pero ésta es una relación en ambas direcciones. Porque los hijos también influyen e impactan en la salud mental de los padres.
Hace bien decirlo en voz alta: a veces los hijos duelen. Por ejemplo, cuando ponen malas caras o son desagradables o antipáticos; cuando son demandantes o exigentes; cuando no hacen nada por ellos mismos y se enferman, o hacen exactamente lo contrario de lo que les conviene o no escuchan; cuando se hacen daño a sí mismos o a los demás y no aceptan ayuda; cuando no reportan satisfacciones, sino puros dolores de cabeza; cuando andan en malos pasos o malas juntas o se emborrachan o se drogan; cuando son irresponsables o inconstantes; cuando son maleducados o insolentes; cuando son orgullosos, soberbios o displicentes; cuando son aprovechadores o desagradecidos; cuando dan por sentado el afecto y no lo corresponden, o son incapaces de reconocer todo lo que reciben; cuando sólo piden y son poco generosos, o cuando dan y después pasan la cuenta; cuando son distantes o indiferentes; cuando son descontrolados y se pelean con todos y contra todo; cuando son utilitarios, insensibles o egocéntricos; cuando someten a sus padres a desaires, agravios o humillaciones; cuando cuestionan o descalifican o no perdonan, o cuando son rencorosos y enrostran resentimientos del pasado como jueces implacables; cuando se alejan de los padres a medida que éstos envejecen y los dejan solos, o cuando entre varios son incapaces de procurarle el sustento a quien un día los alimentó a todos. En síntesis, cuando pierden el rumbo o se ponen insoportables o no crecen nunca o son injustos o ingratos o malagradecidos o hirientes o hacen sufrir o causan pena.En fin, los padres no siempre tienen la culpa de todo. Con sus virtudes y flaquezas, al igual que todos los seres humanos, necesitan de amor, respeto, reciprocidad y cuidado. Y les duele mucho cuando se sienten rechazados.
Por eso, es importante entender que a veces... de vez en cuando... ocasionalmente... o, por lo menos, a ratos... el infierno se llena no sólo de padres, sino también de hijos.
Eugenia Weinstein.

viernes, agosto 24, 2007

Del amor y la paciencia

Por NEVA MILICIC
Una vez escuché a una mujer preguntarle a su pareja, a propósito de una diferencia de opiniones acerca de la cual llevaban bastante tiempo tratando de ponerse de acuerdo, ¿Qué se me irá acabar primero, la paciencia o el amor?
Esta pregunta encierra una verdad muy profunda; el amor es por esencia paciente y tolerante, y esto explica en parte la abnegación de los padres en el cuidado cotidiano que le dan a sus hijos.
El amor que se siente por los hijos hace que la paciencia sea una de las virtudes que están más presentes en una maternidad nutritiva. Los padres deben con frecuencia postergar sus propias necesidades e intereses para atender las necesidades de los niños, lo que es un sacrificio cuya única recompensa es la felicidad de los hijos.
Cuando un día sábado después de una semana de trabajo agotadora usted se levanta temprano para salir con sus hijos, cuando en realidad hubiera preferido quedarse durmiendo hasta tarde, pero parte con su mejor cara dispuesto a disfrutar de la aventura, es una expresión de su amor. Para que este amor sea percibido por los niños se requiere que sea entregado con una actitud positiva. Si la salida se hace con cara de víctima o regañando y quejándose sin parar, quizás sería mejor que se quedara durmiendo.
Desafortunadamente, la paciencia no se compra en los supermercados y no sólo se explica desde el amor, sino que también se puede ir perdiendo desde el cansancio y desde los problemas familiares que son una fuente de estrés. Cuando el niño o la niña percibe que sus padres pierden con mucha frecuencia la paciencia y por detalles sin importancia, y que en esta situación se enojan o los castigan más de la cuenta, tienden a interpretar este hecho como desamor. Y lo que es peor, en muchos casos pueden atribuir este desamor a una falla de ellos, percibiéndose entonces como "no queribles".
A veces en los momentos en que se pierde esa virtud, se dicen adjetivos muy hirientes sin pensar cuán dañinos pueden ser, como por ejemplo "cómo puedes ser tan inútil'. Estas exclamaciones la mayoría de las veces no reflejan lo que el papá o la mamá quisieron decir, sino que son producto de la ofuscación. Pero no se pueden borrar y entran en la mente del niño o niña como la opinión de personas más significativas como son sus padres.
Si usted está perdiendo la paciencia por cosas triviales y percibe que esto está dañando su relación con su hijo, revise su estilo de vida. Una de las competencias parentales más importante es saber pedir ayuda cuando se necesita. Si no lo hace por usted, hágalo por sus hijos. La paciencia es percibida por sus hijos como una expresión de su amor por ellos.
Neva Milicic.

martes, agosto 14, 2007

¿Qué es la autoridad?

Por NEVA MILICIC sicóloga
El tema de la disciplina es una de las áreas que crean conflictos de pareja, pero también más dilemas internos. Los padres se debaten, muchas veces, entre escoger un enfoque basado en ser indulgente o un enfoque autoritario de una disciplina férrea. Por ello, reflexionar sobre qué es la autoridad puede ser de utilidad.
Thomas Gordon, sicólogo especializado en educación de padres, entrega cuatro definiciones de autocontrol que pueden ayudarnos a clarificar cómo ejercemos la autoridad.
  1. Autoridad basada en la experiencia. Es un tipo de autoridad que reconoce y valida lo que las personas saben y han aprendido. Esta forma de ejercer la autoridad es muy valorada por los hijos, cuando piden un consejo o cuando hacen alguna pregunta acerca de cómo resolver un problema. En este contexto suelen estar más dispuestos a aceptar las sugerencias, porque cuando son impuestas, las rechazan. En general, la autoridad basada en la experiencia tiende a generar sentimientos de respeto y admiración.
  2. Autoridad basada en el cargo. Cuando una persona es elegida para una determinada posición de poder, hay un acuerdo en que le corresponde cierta autoridad. Se supone, por ejemplo, que los padres tienen autoridad para decidir a qué colegio van sus hijos.En la casa, al hacer una distribución de roles, junto con ello se delega un cierto grado de autoridad. Este tipo de autoridad está legitimada por la función. Se supone que el profesor puede pedirle al niño que haga tareas; que la mamá puede mandar al niño a lavarse las manos antes de comer. Cuando no hay respeto por esta autoridad, se puede caer fácilmente en una conducta caótica.
  3. Autoridad basada en contratos informales. Este tipo de acuerdo corresponde a las reglas implícitas o explícitas que se dan en una familia para funcionar. Se trata de un convenio no escrito, que regula el funcionamiento de la familia, por ejemplo, tener que pedir permiso para invitar a los amigos el fin de semana. O decir: "Si te atrasas debes avisar por teléfono". "El domingo te toca a ti hacer el desayuno". Estas reglas facilitan la convivencia y hacen que las cosas caminen fluidamente. El no respeto a estos acuerdos informales crea mucha dificultad y agresión en la infancia. Es importante que los niños aprendan a respetar los acuerdos, para que así se transformen en personas confiables. También deben tener la percepción de que sus padres respetan lo convenido. Si quedan de ir a buscarlos a una hora, a esa hora deben estar esperándolos. También conviene señalar lo importante que es valorar cuando los niños cumplen con lo acordado, y no sólo limitarse a tomar sanciones cuando no lo logran. Los acuerdos informales, por pequeños que sean, deben ser respetados, pero es necesario que lo que se pide sea razonable y adecuado a las capacidades de los niños.
  4. Autoridad basada en el poder. Es la autoridad que se basa en el ejercicio de la fuerza y que se estructura a través de estrategias, como el someter, obligar, controlar o reprimir. Esta autoridad genera mucho daño en la relación, ya que provoca resistencia. Mientras más poder es necesario poner en una relación para que las personas cumplan, menos legítima se percibe esta autoridad. Una autoridad de este tipo reprime las necesidades de los más débiles, somete y obliga, y no respeta las necesidades de los niños.

La misión de los padres es generar una percepción positiva de autoridad. Para ello es necesario ejercer una disciplina que se perciba como racional, en que todos los miembros de la familia asuman los compromisos, y que las dificultades sean enfrentadas serenamente por los padres. Ellos tienen la responsabilidad no sólo de una disciplina para hoy, sino que enseñan al niño una autodisciplina para que sea autónomo en esta área en el futuro.

viernes, agosto 10, 2007

Comunicado






Santiago, 10 de Agosto de 2007

El Centro de Padres y Apoderados de Wenlock School en relación a la suspensión de clases y actividades del Colegio los días 9 y 10 de Agosto comunica lo siguiente:

Estimamos que quedó en evidencia la falta de un árbol de decisión o de un camino claro a seguir en relación a una resolución tan importante que afecta a toda la comunidad Wenlock.

El Centro de Padres a través de su presidenta recibió una llamada de la Sra. Pamela del Departamento de Disciplina del Colegio, recién a las 10:00 a.m comunicando la suspensión de actividades los días Jueves y Viernes.

El Centro de Padres, según lo tenemos establecido como procedimiento, lo comunicó a los delegados y estos a su vez debían comunicarlo a los padres de sus respectivos cursos. Al mismo tiempo se publicó un aviso en el blog del Centro de Padres.

Lo que llama la atención es que el Colegio no haya utilizado el sitio web para difundir el aviso, ni haya enviado masivamente e-mails comunicando la suspensión de actividades del día Viernes.

Estimamos que la suspensión de actividades del Viernes 10/8/07 fue una decisión precipitada, toda vez que en horas de la tarde la nieve se había derretido (como era de esperarse) la energía electrica había sido reestablecida y la Municipalidad había despejado los accesos tal cual se ve en las fotos que están en el blog.

A esto se suma el hecho de que ayer Jueves 9 el Colegio debía recibir a una delegación de alumnos provenientes de Inglaterra que debía disputar partidos de rugby en el Colegio los días Jueves y Viernes.

Esta delegación, debía ser alojada en la casa de los apoderados del 3º y 4º medio, situación que debía ser coordinada por el Colegio.

En resumen, el Colegio debe definir canales de comunicación formales con flujos establecidos con anterioridad y asegurarse de que todos los involucrados en él conozcan y mantengan al día los contactos bajo su responsabilidad. Junto a esto el sitio web del colegio debe ser utilizado como una herramienta válida y eficiente de información a la comunidad Wenlock.

Atentamente
Directiva del Centro de Padres

Email: padreswenlock@yahoo.com.

Blog:www.cpawenlock.blogspot.com

jueves, agosto 09, 2007

Clases suspendidas 9 y 10 de Agosto


























Estimados padres y apoderados, el colegio decidió suspender TODAS las actividades los días 9 y 10 de Agosto 2007 debido al clima.




martes, agosto 07, 2007

Cuidado con los niños modelos

Por NEVA MILICIC, psicóloga
Si bien a todos los padres les gustaría tener "niños modelos", de los cuales les fuera posible enorgullecerse por su excelente rendimiento y por su comportamiento ejemplar, hay que tener cuidado que los hijos no paguen una factura emocional excesiva por cumplir siempre sus deberes, o que se sientan excesivamente culpables cuando no logran el rendimiento esperado por sus padres.
El costo del perfeccionismo puede ser enorme y paralizante, porque el temor a equivocarse o a no hacerlo perfecto puede subir de tal forma la ansiedad, que terminará por limitar la capacidad de acción del niño o la niña.
Boris Cyrulnik, en su último libro "De cuerpo y alma", analiza una investigación de Fonseca y otros, presentado en París, cuyo título es "En qué se transforman los niños modelos".
Los hallazgos plantean sorprendentemente que se encontró que los niños modelos se habrían convertido más frecuentemente en personas que presentaban cuadros ansiosos y depresivos que los niños que presentaban problemas en la infancia. La situación peor fue la de las niñas. La pregunta final que se hace Cyrulnik es "¿Ha exigido excesivamente la escuela pagando el precio de su placer de vivir? ¿y es esta exigencia la que los hace transitar la vía de la depresión?".
El exceso de exigencias internalizado finalmente como autoexigencia hace ponerse varas tan altas, que para cumplirlas, el niño(a), tiene que poner una energía tal que puede hacerlo muy vulnerable a la ansiedad y a la depresión.
En relación a por qué las mujeres que fueron "niñitas modelo" tienen más ansiedad y depresión que "los niños modelos", que por supuesto también la experimentan, se han planteado diferentes hipótesis. ¿Puede ser que las mujeres tengan más obligaciones que los hombres y además menos postergables, por ejemplo, las camas hay que hacerlas todos los días; a los hijos hay que alimentarlos a determinadas horas o llevarlos al médico cuando lo requieran. Se plantea que, adicionalmente, gran parte de la responsabilidad de las tareas domésticas recaen más sobre las madres.
Pero también se plantea la hipótesis que a las niñas se les toleran menos errores o pequeñas transgresiones. Por ejemplo, si una niña se ensucia cuando está jugando, es posible que se la envíe rápidamente a cambiarse ropa, en tanto que al niño se le tolerará más el que ande desastrado o sucio.
Otra hipótesis posible es que a las niñas se las aterrorice más con el medio ambiente, como una forma de protegerlas del peligro, pero que junto con ello se logra que conciba el mundo externo como un lugar más peligroso, en el que arriesgarse sea equivalente a una catástrofe segura, generando así ansiedades innecesarias.
Especialmente con los hijos modelos es necesario evitar que se sientan abrumados con lo que creen son las expectativas de los padres. No es infrecuente escuchar decir "me da miedo defraudar a mis padres".
Es necesario alentarlos a correr algunos riesgos, sin temor a la falta de éxito. Entregarles un mensaje explícito que aunque no te vaya bien te vamos a querer igual. Tolerar con humor cuando las cosas no resultan bien, de tal manera que los hijos aprendan por modelo que no por un afán de perfección ilimitado se va a perder la alegría de vivir.
Enseñar que los contratiempos y la adversidad son parte de la vida, lo que no quita que se hagan esfuerzos para que las cosas resulten, pero que en toda empresa que se empieza hay riesgos de que las cosas salgan en forma diferente a lo presupuestado y no por eso se es menos querible.
Neva Milicic.

viernes, agosto 03, 2007

Plano Regulador Las Condes


Esta noticia aparecida hoy en el Mercurio, es una muy buena noticia para los padres y apoderados del colegio.
Significa que ahora el colegio, puede construir y ampliar sus dependencias, terminar las que están a medio hacer.
En fin, ahora si la infraestructura puede ser completada para poder alcanzar las metas académicas y deportivas que el colegio se ha trazado como misión.

jueves, agosto 02, 2007

¿En qué crees?

Por NEVA MILICIC sicóloga
En su libro "Escucha mi voz", la escritora italiana Susanna Tamaro plantea: "A cada niño que nace se le debería entregar un pergamino con dos preguntas fundamentales, que son a las que de alguna forma cada persona debe responder durante su vida.
Estas preguntas son: ¿En qué crees? y ¿Por qué vives? Y posteriormente, con ese mismo pergamino –conteniendo todas las acciones realizadas durante nuestra vida– habría que presentarse ante la muerte".
Estas dos preguntas, sin duda, están conectadas entre sí, ya que de alguna manera lo que creo determina el ¿por qué? y el ¿para qué vivo?
Si usted cree que lo que hace por su familia es importante, trabajará con energía para hacer cosas que la beneficien, para mantenerla unida, arreglar la casa para que se vea más bonita, y lo que es más esencial, pondrá su energía en construir un espacio en que las personas que viven en ella encuentren paz y felicidad.
Y ante la primera pregunta, ¿en qué crees?, la primera creencia que ha de transmitirles a los niños es la certeza de saberse muy queridos y de ser muy queribles.
Los sistemas de creencias guían las acciones de las personas, sean ellas niños, adolescentes o adultos. Si usted, por ejemplo, cree que es posible ayudar a cambiar las cosas, se esforzará por hacerlo. Si, por el contrario, piensa que nada de lo que haga afectará realmente lo que sucede, podrá caer en una actitud pasiva o pesimista y paralizante.
Las creencias familiares se transmiten a los niños de generación en generación y son las raíces de las cuales se nutrirá su actitud frente a la vida. Aunque durante la adolescencia critiquen las creencias de sus padres, tiende a haber un reencuentro con sus raíces posteriormente.
Cuando una madre transmite un mensaje desesperanzador acerca de lo que es posible hacer, ésta será la savia con que el niño o la niña crecerá, y será el prisma a través del cual percibirá la realidad.
Raimundo, un adulto de 36 años que consultó por depresión, después de 2 años de sicoterapia decía: "Me tomó mucho tiempo liberarme de la visión fatalista que me entregó mi padre del mundo. Él me transmitió que el mundo era un lugar extraordinariamente peligroso. Pasé muchos años en mi trabajo más bien defendiéndome que colaborando con otros. Afortunadamente, en la terapia pude rescatar la figura de mi abuelo paterno, que en condiciones muchísimo más desfavorables logró salir adelante".
El rescate de las creencias familiares positivas será la savia del árbol que dará frutos y pondrá energía al actuar. Entonces, preguntarse cuál es el sistema de creencias que les estamos transmitiendo a los niños no es trivial. La respuesta a esta pregunta, ya sea entregada en forma explícita a los niños (de manera verbal) o implícita –a través de los gestos y conductas que reflejan los valores de la familia–, va a explicar en forma importante lo que los niños crean y piensen que pueden lograr, y cuál es el sentido y su misión en la vida.
Neva Milicic.