La automotivación
por Neva Milicic Psicóloga
Para lograr tener un cierto grado de eficacia personal en los proyectos que se emprenden y tener el respeto de los otros, así como una buena capacidad para enfrentar las frustraciones y dificultades que trae cada día, es necesario tener la motivación por perseverar.
La capacidad para perseverar y motivarse por el logro está muy ligada al desarrollo de la inteligencia interpersonal, y a tener un temperamento sensible al éxito, como plantea Jerome Kagan de la Universidad de Harvard.
Ser sensibles al éxito está vinculado con tener un patrón de actividad cerebral, caracterizado por una mayor actividad del lóbulo frontal izquierdo. Si bien hay una base fisiológica, que es genética a través de las experiencias y de la educación emocional, es posible aumentar la irrigación en esa zona, mejorando así la arquitectura cerebral.
Los niños que tienen automotivación, en general, están más satisfechos consigo mismos, poseen metas claras que orientan su acción, y tienen una actitud de tomar lo que la vida le entrega y tienen menos riesgo de caer en conductas problemáticas.
Tener conversaciones con los hijos, acerca de cuándo se sienten felices, qué les gusta, con qué sueñan, los ayudará a usted y a ellos a conectarse con lo que los motiva realmente.
Reconocer las habilidades impulsa a los niños a emprender actividades, que le facilitarán estar motivado. Así, por ejemplo, conversar en una reunión familiar sobre cuáles son las cualidades y talentos de cada una de las personas de la familia, es de utilidad y además se puede aprovechar como una oportunidad, para ampliar la percepción que el niño, tiene de sus condiciones y fortalezas. Ligar estas condiciones personales con lo que quiere lograr en el futuro, y a partir de ahí conversar sobre sus sueños y sus metas. En una familia con tres hijos, tuvieron esta conversación, que tuvo un efecto muy positivo en el ánimo de los niños.
Carmen Gloria de doce años, contó que a ella le gustaba mucho enseñar a niños pequeños y que creía que lo hacía bien, pero que también le gustaba mucho pintar, pero que no estaba segura de ser lo suficientemente buena. El papá intervino diciendo que él encontraba que ella era una pintora espectacular. A lo que la niña agregó: “Claro lo que pasa es que tú eres mi papá”. La mamá interrumpió diciendo: ¿por qué para salir de dudas no asistes a un taller de pintura? Carmen Gloria estuvo contentísima con esa oportunidad.
Y por supuesto el hermano que seguía, Aníbal de 9 años, dijo que él quería ver si además de ser bueno para las matemáticas, tendría habilidades para la música. También acordaron que tomaría unas clases de guitarra clásica, y resultó que en realidad Aníbal tenía mucho talento, lo que era de esperar, porque habitualmente las personas con habilidades para las matemáticas tienen talentos musicales y viceversa.Adriana, la más pequeña de cuatro años dijo: “yo soy buena para jugar y para regalonear”. Todos estuvieron de acuerdo, pero ella dijo, que igual quería aprender ballet, “para ver si puedo ser bailarina”. Ciertamente una conversación en familia de esta naturaleza mejora los vínculos, pero es además una ventana de crecimiento personal para todos.
Generar en los niños confianza en sus capacidades es una buena forma de mantener la automotivación en los niños, aumentando de paso una actitud positiva frente a la vida, por un aumento del optimismo. No hay nada que aumente más la motivación, que el sentir que hacer las cosas bien es posible.
A veces la motivación aumenta aunque la tarea sea difícil e inclusive un poco tediosa, si se logra visualizar las metas atractivas de corto, mediano y largo plazo. Los niños y las niñas requieren saber por qué y para qué hacen ciertas cosas y encontrar ciertos motivos que justifique el esfuerzo, cuando el camino es especialmente difícil.
No olvide que la motivación es un enorme motor del aprendizaje y de la acción.