jueves, septiembre 21, 2006

Pros y Contras de La Computación

por NEVA MILICIC, Sicóloga
Como todo fenómeno tecnológico, la computación y los videojuegos presentan ventajas y desventajas. A través de la red es posible tener comunicación inmediata o diferida con personas de todo el mundo.
Los mayores usos de la computación en los niños son: el chateo, el uso de internet para navegar y los juegos.
La computación es una herramienta que sin duda ha aumentado la productividad y que facilita las comunicaciones. Que un médico de Aisén pueda comunicarse con un experto de un hospital francés para intercambiar opiniones sobre un paciente y que pueda, a través de internet, obtener información sobre nuevos tratamientos, constituye un avance tecnológico que, sin duda, favorece la calidad de vida de las personas. Es una forma más democrática de conseguir información. Es por eso que los países menos desarrollados se esmeran en disminuir la brecha digital.
No manejar la computación es casi ser analfabeto en nuestra sociedad y es por ello que hay que facilitarles a los niños el acceso a una herramienta de tanta utilidad. Pero hay que tener cuidado con la adicción a la computación, que puede evaluarse por las horas que le dedica. Si pasan muchas horas frente al computador ello puede constituir un elemento que limite el desarrollo social de niños y adolescentes.
Cuando deja de ser una herramienta, y se constituye en un fin y consumen muchas horas navegando, jugando o chateando, hay que saber poner límites. No se trata de prohibirles usar el computador; un niño puede tener talentos específicos en esa área, que tiene que tener la oportunidad de desarrollar. ¿Se imagina si a Bill Gates, su mamá, le hubiera prohibido la computación?
La computación es, sin duda, para los niños, jóvenes, y adultos una forma de entretención, a veces en forma solitaria, en que el jugador compite consigo mismo y otra que puede ser "más social", como son los tarreos o "lan parties", en que los jóvenes se conectan a la red para jugar en forma virtual con otros computines.
Nada de esto sería malo si la computación no tuviera para algunos niños un carácter tan adictivo. Hay algunos adolescentes que se amanecen jugando, con lo que descuidan sus estudios o no duermen lo suficiente. En estos juegos la relación interpersonal es pobre, no hay intimidad entre ellos ni panoramas compartidos.
El efecto de adicción consiste en quedarse pegado y fanatizarse por los juegos. Como dice la canción de Nicanor Parra "El perejil es bueno pero no tanto". Detrás de esta adicción a veces hay timidez y miedo a las relaciones sociales.
Prohibirle el computador es de alguna manera sobrevalorar en la mente del niño la idea, pero es necesario limitarlo, en función de lo que son las necesidades reales del niño como el dormir, estar con otras personas de la familia y jugar con otros niños. Poner límites es una obligación de los padres. No corresponde que sea el niño el que fije las reglas.
Una buena idea es poner en práctica lo que hizo la mamá de Andrea, que era adicta al chat. Por cada hora de estudio o lectura, ella "compraba" media hora de internet.
La computadora, al igual que el televisor, tiene que estar en un lugar abierto y público, y no en los dormitorios. Hay demasiada posibilidad de bajar o ver basura, con efectos impredecibles para la salud mental.
Hay que proteger a los niños y a los adolescentes de los riesgos y del anonimato en el chat. Personas inescrupulosas pueden adoptar roles falsos y embaucar a los niños. Hay que alertarlos a no dar datos, direcciones o teléfonos que puedan ser ocupados por este tipo de personas.No se trata de asustar a los niños sino mostrarles los riesgos de una actitud excesivamente confiada ante los desconocidos.

martes, septiembre 12, 2006

Deceso

Tenemos el penoso deber de comunicar el fallecimiento de un miembro de la comunidad de padres del colegio.
El Sr. Alex Holmes falleció el día Viernes 8/9/2006.
Sus funerales se efectuaron el día 9/9/06.
Hacemos llegar nuestras sentidas condolencias a la familia Holmes Chaud en especial a Nicholas y Victoria, de Playgroup y 5 básico A. respectivamente. A quienes junto a su viuda Marcela acompañamos en este difícil momento.

La necesidad de una narrativa

por: NEVA MILICIC Sicóloga

Cuando los niños enfrentan situaciones difíciles, no sólo requieren de una explicación y de apoyo, sino que necesitan hacerse de una narrativa de lo que sucede para integrar y aprender de esa experiencia.
A veces las personas grandes no saben lo duras y dolorosas que pueden ser para un niño algunas situaciones, por ejemplo, que no lo inviten a un cumpleaños, o no poder asistir a una fiesta porque está enfermo, o bien, que se les pierda algún objeto querido o lo dejen esperando para salir de paseo.
Minimizar lo que le sucede a un niño o niña provoca que se sienta poco comprendido(a).
En cambio, ayudarle a buscar un significado equivale a que pueda contarse una historia acerca del problema.
Cuando un niño o una niña comprende que no fue invitado porque su compañero sólo podía convidar a cuatro niños y que además él tampoco lo había invitado a su cumpleaños, estará en mejor posición para mitigar el impacto de ese evento, así como para entender otros semejantes en el futuro.
Tal como sostiene el escritor Paul Auster en su libro "Brooklyn Follies", las personas extraordinarias logran conectarse con los sentimientos de los niños porque tienen una sensibilidad privilegiada, y lo ejemplifica a través de "La historia de la muñeca", de Franz Kafka.
La historia ocurre en Berlín en 1923, en un período de gran escasez de alimentos y de graves disturbios políticos. Kafka, que está gravemente enfermo, sale un día a dar un paseo por un parque donde encuentra a una pequeña que está "llorando por haber perdido su muñeca".
Para consolarla, él, como buen escritor, le inventa un cuento, y le dice que su muñeca se ha ido de viaje, a lo que la niña le pregunta que cómo lo sabe.
El escritor responde: porque recibí una carta de la muñeca. Al otro día le escribe una carta de parte de la muñeca en que le dice que ella se ha ido de viaje, no porque no la quiera sino porque necesitaba tomar aire y conocer otras personas.
El escritor durante tres semanas escribe diariamente cartas a la niña en nombre de la muñeca. Y, cuando finalmente la niña está consolada, la muñeca le escribe una carta en que le avisa que se casa y se quedará a vivir en el campo.
Ciertamente, Kafka no sabía nada de lo que plantea la sicología actual acerca de la necesidad de hacerse una narrativa para enfrentar las dificultades, pero tenía la sensibilidad para conectarse con los sentimientos de una niña que no era suya y tratar de mitigar el sufrimiento contándole una historia. Se tomó el tiempo, a pesar de que estaba enfermo y que le quedaba poco tiempo de vida, de escuchar a la niña y escribirle una historia, con mucho cuidado.
¿Qué tiempo nos damos para contarle una historia a nuestros hijos? Sobre tantas cosas es posible contar historias, sobre su propia vida, sobre la infancia de los padres, sobre lo que hicieron sus abuelos, entre muchas otras historias posibles.
Los niños adoran las historias, especialmente aquellos que constituyen su propia narrativa.
Como dice Auster, si uno de los escritores más geniales de la humanidad se da el tiempo para conectarse con la pena de una niña que recién conoce, quizás usted podría dedicarle un poco de tiempo a sus hijos para contarle esas historias, que sólo usted podrá contarle.

viernes, septiembre 08, 2006

La importancia de la aprobación

por NEVA MILICIC Sicóloga y autora del libro "Cuánto y cómo los quiero"
Sentirse aprobado es sentirse querido, valorado y, por lo tanto, querible.
El opuesto a la aceptación es el rechazo - sentirse rechazado genera sentimientos de minusvalía-.
Cuando el rechazo proviene de los padres es doblemente doloroso y crea una enorme inseguridad personal, ya que los padres son las únicas personas que dan aprobación. Todas las personas necesitan aprobación de las figuras significativas. Con mayor razón los niños y las niñas que tienen una dependencia casi absoluta de sus padres. Sentir la crítica o la descalificación equivale a sentirse rechazado.
Basta mirar la cara de un niño pequeño cuando muestra un dibujo buscando la aprobación de su papá o su mamá, para entender que ésta los confirma y que en cambio la desaprobación tiene efectos devastadores. Bastaría un comentario muchas veces hecho con buena intención como el siguiente: "Podrías haberle puesto un poco más de color", para que la ilusión de ese niño se transforme en sensación de fracaso y que su expresión sea la de un "perrito apaleado".
La desaprobación insertada en este comentario es dañina no sólo para la relación padres-hijos, sino que sobre todo para la seguridad en sí mismo del niño.
Es equivalente a que si usted se ha esmerado en hacer un almuerzo exquisito para unos tíos que estaban invitados y uno de ellos comenta: "Está rico el asado, pero con una salsa de champiñones hubiera quedado mejor".
Un comentario así se consideraría poco considerado y descalificatorio y posiblemente disminuya las posibilidades de esa persona de ser invitada nuevamente por usted.
Por eso cuando se da aprobación a un niño entréguela de una manera categórica sin condicionantes, suprima los "pero".
Los "pero" quitan fuerza a la aprobación y de alguna manera contienen un rechazo implícito, que aminora el efecto positivo que usted quería entregar y provoca mucha rabia.
Aprender a frenar y quedarse con la aceptación es muy sabio, especialmente si el niño, por alguna razón, tiene pocas oportunidades de recibir alabanzas o tiende a sentirse inferior a otros niños.
La aprobación no sólo se entrega con palabras sino que de forma no verbal, con una sonrisa, con un guiño de complicidad, levantando el pulgar en señal de reconocimiento.
No sea tacaño(a) al expresar aprobación. Recuerde que la necesidad de aprobación es tan grande, que cuando un niño o una niña no la recibe, la buscará en cualquier lugar y hay grupos que dan aprobación justamente por hacerlo mal.
Quien no ha recibido aprobación en la infancia será siempre inseguro, ya que internalizará la idea de que no es querible.
Los niños generalizan muy fácilmente y piensan que si usted lo reta porque no es bueno para leer significa que no lo quiere. Puede que se sienta rechazado porque quizás su crítica sea hecha con más fuerza que sus señales de aprobación.
Hay evidencia de que los padres, por un mecanismo sicológico que tiene que ver con el descontrol emocional, suelen ser más intensos cuando entregan retroalimentación negativa que cuando expresan aprobación.¡Qué tal si invierte esa ley! Y dé más fuerzas a los mensajes confirmatorios que a los comentarios críticos. Entregará a su hijo o hija una enorme sensación de bienestar, aportándole la sensación de que con su comportamiento cumple con las expectativas parentales. Además, de paso, mejorará la relación con su hijo.
Neva Milicic.

viernes, septiembre 01, 2006

Los Informes escolares

Los informes escolares
por NEVA MILICIC Sicóloga y autora del libro "cuánto y cómo los quiero"

Cada vez que los colegios entregan los informes trimestrales de notas y de personalidad de los niños, en muchas familias se desencadenan verdaderas crisis familiares que llenan las consultas de psiquiatras y psicólogos con padres aproblemados y niños agobiados.
A veces, los informes no dicen nada muy novedoso en relación a las dificultades de los niños, pero la fuerza de la conducta escrita, sumada a la autoridad de los profesores, lleva a los padres a sobrerreaccionar ante el registro de alguna característica negativa descrita por el profesor o alguna nota bajo el promedio de lo esperado, no necesariamente roja.
Cuando la calificacion está en rojo, muchas veces la situación se torna realmente violenta.Hablo de sobrerreacción porque muchas veces el informe contiene muchos datos y notas positivas sobre el comportamiento de los niños, que los padres parecieran no notar lo suficiente. Ciertamente, es bueno que los padres se preocupen y tomen medidas para corregir y ayudar a los niños a superar sus dificultades, pero atendiendo también los logros de los hijos.
Cuando los informes son realmente malos, es muy importante que los padres reaccionen, no desde el descontrol, que les resta autoridad, sino que desde una posición de ayuda y reflexión. Quizá será bueno tener una entrevista con el profesor o profesora jefe, de manera que en forma conjunta se busque una solución al problema. En algunas ocasiones es aconsejable que asista el niño o la niña, que es la que debe asumir el proceso de cambio, pero cuidando de no estigmatizarlo y abriéndole oportunidades.
Para los padres, a veces el informe constituye una sorpresa, porque en un afán comprensible de evitar retos y castigos y conservar la imagen, los niños sólo han reportado sus notas buenas y han obviado contar sus fracasos.
Los adultos tienden a vivir este comportamiento de los hijos como una mentira, pero muchas veces el ocultar información obedece al miedo al castigo.
Hay que asumir que cuando hay descontrol en los retos y castigos, los padres se ven percibidos como temibles para los hijos y este miedo los lleva a ocultar información.Sarita, de 14 años, les había ocultado a sus padres su mala nota en matemáticas, ya que sus progenitores eran muy exigentes en lo académico, en la medida que eran profesionales muy exitosos y valoraban muchísimo los logros académicos y la educación.
Sarita era una buena alumna, muy buena lectora y con talento para escribir, pero frente a las matemáticas tenía un bloqueo que la actitud de los padres no había hecho más que aumentar.
Si ella no hubiera tenido miedo y le hubiera contado oportunamente, habría sido posible a la primera nota deficiente darle apoyo pedagógico y así disminuir la brecha que había con el nivel del curso, además de mejorar las notas, de manera que no afectara su promedio general.
Conversando con los padres y con la adolescente, más que buscar cómo castigar por las notas y ocultar información, se intentó buscar una solución.
Frente a los informes, se aconseja tener:- Una actitud de reflexión.- Valorar lo positivo.- Mantener el autocontrol frente a las conductas negativas; las pedidas de perdón cuando los padres se exceden en las medidas disciplinarias sólo sirven si no hay recaídas frecuentes.-
Tener una actitud activa de búsqueda de solución.-
Pedir ayuda, aliándose con el colegio en la búsqueda de solución.
Neva Milicic.

Las tristezas de los niños chilenos

Las tristezas de los niños chilenos


El ambiente escolar hostil es una de las variables que afecta a los niños chilenos, dicen especialistas locales.
Especialistas agregan a la lista de Condrell otros tres aspectos que provocan pesar en la población infantil nacional.

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La soledad, la pobreza y la escuela. Estos son los tres factores que especialistas chilenas agregan a las causas más comunes de infelicidad en los niños del país. Si bien ellas concuerdan con las que identifica Kenneth Condrell, creen que estos tres aspectos liderarían una lista de motivos de tristeza a nivel nacional.

"Los niños son seres esencialmente afectivos y todas las situaciones que perturben el afecto y la cercanía afectiva que tienen con otros les producirán trastornos emocionales", dice la doctora María Alicia Espinoza, psiquiatra infanto-juvenil de la Clínica Santa María.

Por eso, para la psicóloga infanto-juvenil María Olga Herreros, entre las principales causas de tristeza de los niños está la soledad. "Las jornadas laborales de los padres chilenos son muy largas y eso provoca que pasen poco tiempo con sus hijos. Para ellos ese tiempo de soledad es un motivo de angustia, ansiedad y pena".

Otro motivo, agrega, es un ambiente escolar hostil. "Muchos niños aman su colegio y sienten que es un lugar aliviador para ellos. Pero para otros es un lugar inhóspito y en el que no les gusta estar". Ahí se suman factores como las altas exigencias académicas a que son sometidos muchos escolares, hasta problemas de convivencia con compañeros y también con profesores.

El tercer factor agrega la doctora Espinoza, es la pobreza. María Olga Herreros coincide con este aspecto: "A muchos niños les afecta darse cuenta que viven en sectores más desfavorecidos, pero inmersos en una cultura de mercado que les ofrece cosas que no pueden tener, lo que les provoca sufrimiento".

Consultado al respecto, Kenneth Condrell entregó algunas sugerencias para los padres chilenos cuyos hijos podrían estar sufriendo algunos de estos problemas. Respecto de la soledad, el psicólogo sugiere mantener contacto telefónico o por email durante el día y habituarse a poner junto a su colación o en su habitación pequeñas notas con mensajes cariñosos. "Ayudar al niño con las tareas, preguntarle por lo que hizo en el día y hacer contacto visual con su hijo cuando le habla y escucharlo con atención, también ayuda a mejorar el vínculo", dice Condrell.

El experto agrega que las tradiciones familiares son clave para suplir las carencias materiales. "El sentido de familia proporciona seguridad. Armar un álbum familiar y mirarlo juntos, visitar a los abuelos y primos son formas de cultivarlo", sugiere.

RETRATO

Melancolía, cambio de conductas, agresividad, falta de concentración y baja de notas son algunos síntomas de la tristeza.

Las 10 causas de mayor infelicidad infantil

Libro recién lanzado en EE.UU.:
Las 10 causas de mayor infelicidad infantil

El libro del psicólogo Kenneth Condrell, "El Niño Infeliz", describe factores que dañan la felicidad entre los 3 y 17 años.
Para el experto, la mayoría de los padres desconocen los motivos de infelicidad de sus hijos. "Por eso, decidí investigar esas razones y cómo ayudarlos", dijo a "El Mercurio".

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Pamela Elgueda y Paula Leighton

Divorcio conflictivo

Pedir a los hijos que tomen partido por su padre o su madre tras un divorcio hace que el propio niño se sienta forzado a "divorciarse" de uno de sus padres.

Tomar conciencia

Según el psicólogo Kenneth Condrell, lo importante es que los padres que están en proceso de divorcio o separación tomen conciencia de que es el vínculo entre ellos el que está terminando y que en esto no corresponde hacer que los hijos crean que uno de ellos es bueno y el otro es malo. "Para los hijos, su papá y su mamá son lo único que tienen. Echarles a perder ese vínculo es una experiencia terrible y una importante causa de infelicidad", advierte el autor.

María Olga Herreros, psicóloga infanto-juvenil y académica de la U. Andrés Bello, aclara que "a veces el divorcio puede ser un alivio para los niños que han vivido en medio de constantes peleas o agresiones". Por eso, se debe impedir seguir exponiéndolos a más conflictos, pues esto hará que su sufrimiento se perpetúe incluso después de la separación.

Sensación de fracaso

Especialmente cuando los niños tienen mal rendimiento académico sienten que son un fracaso, que no son capaces de alcanzar logros por sí mismos.

Reforzar

Si los padres tienen un hijo para el cual los logros escolares son bajos, Condrell recomienda inscribirlos en alguna actividad extraprogramática que los motive, como un deporte, o un taller artístico o de danza. "Los niños necesitan realizar una actividad que los estimule, en la que se sientan realmente buenos y puedan descubrir su talento, y eso no necesariamente tiene que ver con sacar las mejores notas o ser bueno para las matemáticas".

Padres deprimidos

Cuando el padre o la madre son depresivos no tienen ánimo para jugar o pasar tiempo con sus hijos, por lo que frecuentemente éstos no se sienten muy queridos por él o ella, o se culpan por su tristeza.

Desculpabilizar

"Lo más importante es hablar con el niño diciéndole claramente: 'Tengo un problema y estoy buscando ayuda, pero quiero que sepas que no es tu culpa'. Este mensaje hay que repetirlo muchas veces", enfatiza Condrell. El psicólogo sugiere que el padre afectado haga un esfuerzo para al menos una vez por semana realizar una actividad entretenida con sus hijos, como llevarlos de paseo, salir a tomarse un helado o pasar una tarde en un parque.

Crueldad en el colegio

La crueldad o el matonaje persistentes del que son víctimas algunos niños en el colegio terminan por socavar su autoestima y hacer que no se sientan merecedores de valoración.

Pedir ayuda

Aunque por muchos años los adultos han considerado como "normal" la crueldad infantil, hoy existe amplia evidencia del daño emocional y social que esto causa en la víctima. Un estudio reciente hecho en colegios de Santiago y Concepción indica que el 54,7% de los alumnos de entre 11 y 17 años declaró haber sido víctima de matonaje de parte de compañeros de colegio al menos una vez en los últimos seis meses. En muchos colegios existe conciencia de este problema y se han tomado medidas para evitarlo o manejar estas situaciones. Condrell recomienda que si un hijo está viviendo esta situación, "los padres se acerquen al director o profesor jefe y denuncien el problema, para buscar de manera conjunta una solución". Ésta muchas veces consiste en trabajar en conjunto con los dos involucrados.

Familias ensambladas

El problema no es que se junten dos familias distintas, sino que los niños no se sientan cómodos con la nueva pareja del papá o la mamá. También puede haber problemas cuando en la misma casa se aplican reglas distintas para los hijos de cada uno.

Construcción

El autor sugiere salir solos con el o los hijos de la nueva pareja, para ir construyendo una relación. Además, se deben establecer reglas iguales para todos los hijos de la nueva familia.

Peleas frente al hijo

Que los padres discutan de vez en cuando es normal. Pero cuando las peleas son constantes y muy agresivas provocan mucho miedo e inestabilidad en los niños, porque no saben cuándo comenzará la próxima pelea. "Los niños están tristes, porque no observan relaciones cariñosas dentro de la familia", dice la psicóloga infanto-juvenil Lorena Bravo. Muchas de estas peleas, agrega Condrell, se pueden reducir transando y cediendo.

Paridad

Para reducir las peleas, el psicólogo sugiere cambiar dos motivos de conflictos típicos de hombres y mujeres: "El hombre debe compartir las tareas domésticas y de crianza con la mujer. Y ellas deben aceptar que 'su' manera de hacer las cosas no es siempre la única". Si alguna vez hay algo que quieren discutir y los niños están presentes, es bueno tener alguna seña para ir donde puedan conversar en privado.

Favoritismo parental

No es inusual que los padres favorezcan más a un hijo que a otro, apunta Condrell. Pero el menos apreciado siente permanentemente que no cumple con las expectativas que los padres tienen de él, acota la psicóloga María Olga Herreros.

Equilibrio

Hay que preguntarse cuáles son las fortalezas del hijo al que no se está favoreciendo o con el que no existe cercanía. Pedirles al profesor y a otros parientes que enumeren esas características especiales puede ayudar a objetivarlas. Y, también, abrirse a reconocer aspectos del hijo favorito que no son tan buenos, "porque de esa manera se establece un cierto equilibrio", propone el autor.

Falta de límites

Los padres no pueden decir "no", les cuesta darse cuenta de que una conducta de su hijo está molestando a otros o permanecer firmes si una negativa causa frustración al niño. "Los límites deben ser claros y precisos. Porque si no, el niño se siente inseguro e inestable", dice Lorena Bravo. "Cuando eres permisivo no estás preparando a tu hijo para el mundo real", acota Condrell.

Firmeza

Se debe hacer un esfuerzo por establecer reglas y demostrar que violarlas tiene una consecuencia. Hay que mantenerse firme en el cumplimiento de tareas como el orden de la pieza, las tareas y los horarios. "Lo importante de las reglas es que los niños vean que los padres las respetan", dice el psicólogo.

Hermanos abusadores

Suele iniciarse cuando llega un nuevo hijo y el que hasta ese momento era único no lo quiere, por lo que cada vez que pueda será odioso con el más chico. El problema es que si eso se mantiene en el tiempo, el menor se convierte en una víctima, pierde su confianza y comienza a tener problemas, advierte el autor.

Nuevas reglas

Condrell dice a los padres que si uno de los hijos está abusando del otro, "de inmediato deben poner reglas que prohíban molestar, intimidar, gritar o pegar en la familia". También recomienda darle a cada hijo un tiempo individual "porque eso hará que cada uno se sienta más seguro, más querido, y así la odiosidad se reduce".

Padres rabiosos

Muchos adultos con infancias difíciles o para quienes la vida no ha sido fácil viven enojados sin darse cuenta. "Si sientes que eres muy crítico, que no juegas con tu hijo o que siempre estás peleando con él, es probable que lo estés haciendo muy infeliz", dice el psicólogo.

Lista de deseos

Condrell sugiere preguntarse: ¿cómo me habría gustado que mi mamá o mi papá se hubieran comportado conmigo? Y hacer una lista con aspectos como: "Hubiera deseado que me dijeran más veces 'te quiero', o que me abrazaran más, que me fueran a buscar al colegio y vieran lo que estaba haciendo".

Poco a poco, afirma el experto, se darán cuenta de que pueden ser con sus hijos el tipo de padres que hubieran deseado tener.