martes, enero 16, 2007

Niños "difíciles"

Carta enviada a El Mercurio el 16/1/2007 a la sección cartas al director por la Dra. Amanda Céspedes

Señor Director:
A propósito del caso de suicidio de un pequeño alumno de un colegio privado de Santiago, la señora María de la Luz Domínguez enrostra a los profesores el carecer de la necesaria paciencia y flexibilidad frente a alumnos excesivamente inquietos y/o desobedientes, los que serían una minoría fácil de manejar si los maestros tuviesen la voluntad de hacerlo. Como especialista en Salud Mental del Escolar, a menudo veo que se continúa sosteniendo que los profesores promueven la pasividad como sinónimo de buena conducta, cuando la realidad es totalmente diferente: hoy el profesor invierte más del 40% del tiempo docente intentando, a menudo infructuosamente, sintonizar en el aula un ambiente de silencio y quietud que permita empezar a trabajar; tarea titánica, por cuanto dos de cada tres alumnos se muestran abiertamente negativistas, desafiantes, hiperactivos, carentes de autocontrol y con una pobre capacidad de concentración. ¿La causa? Nada más lejos de ser adjudicada a un profesor intolerante; este 75% de chicos y adolescentes inmanejables tiene su origen en casa. Son niños que carecen de horarios y de rutinas, que han cambiado la almohada y el sueño reparador por el chat de trasnoche; pequeños adoradores de los juegos de consola y de la TV sin restricciones; consumidores compulsivos de azúcares y bebidas cola; desconocedores del respeto, que afirman que el profesor es un "empleado" de su padre, quien paga la colegiatura y por extensión, es "el patrón" del maestro, mostrándose por lo tanto despectivos, insolentes y desafiantes. En este contingente de "pequeños desalmados", los chicos con reales problemas de conducta o académicos pasan a ser "uno más", y no es raro que paguen los platos rotos al tener un diagnóstico que les señala como problemáticos, aun siendo seres maravillosos y creativos como el hijo de la Sra. Domínguez. En vez de culpar injustamente a los profesores, luchemos para que el contingente de padres "posmodernos" recupere la cordura y la verdadera autoridad parental antes de que sea demasiado tarde.
DRA. AMANDA CÉSPEDES C.
Neuropsiquiatra InfantilEspecialista en Neuropsicología y Salud Mental del Escolar