Mi compadre, mi amigo, mi hermano
Por Juan Pablo Díaz, Siquiatra
Para cualquier hombre, la existencia de un amigo es una condición inherente a su condición masculina. La amistad es uno de los sentimientos más nobles de la especie humana y como tal es completamente altruista y desinteresado. A continuación, describo algunos tipos de amigos, identificables en usted mismo, su pareja, hijos o hermanos.
El amigote: Sirve para protegerse las espaldas, es impresentable y muy mal mirado, pero de un gran valor. Culpado injustamente de todos los desastres.
El interesado: Siempre busca alguna ventaja que le sirva para sus ansias de ganar o escalar. Empeñoso y meritorio, sobre todo en el ámbito del trabajo. Cargante.
El padrino: Confiable ciento por ciento, de preferencia en momentos difíciles. Se le reconoce autoridad y se agradece su apoyo.
El histórico: Una amistad sin fecha de inicio, desde el colegio o más atrás, pero que, al igual que su antigüedad, se quedó en el pasado. Los reencuentros son emocionantes, pero no se proyecta al presente ni al futuro.
El compadre, yunta o partner: Es exclusivo. En algunas familias cada hijo o hermano tiene uno, reconocido por todos y con derechos adquiridos, como otro hermano. Dura para toda la vida.
El tobi: Siempre listo para la acción, dispuesto a partir a la primera llamada. Los panoramas son su debilidad. Deportes, diversión, carrete, el que prende y apaga el asado, un amigo fiel.
El de los momentos cruciales: Acompaña en los duelos, lleva al siquiatra o al abogado. Su palabra es la última.
El amigo del alma: Aquel que nos brinda su amistad a lo largo de toda la vida. Un privilegio de pocos, cada vez más escaso.
Una siquiatra anciana y sabia les decía a las parejas mayores que, más que añorar la pasión de la juventud perdida, debieran simplemente intentar ser los mejores amigos de su pareja.
Qué grande y difícil desafío.
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